martes, 18 de noviembre de 2014

invitación a los jovenes

INVITACIÓN A LOS JOVENES



Esta invitación es dirigida a los jóvenes a que no se averguense de ser amigo de jesus ya que el sufrió para salvarnos ya que la mayoría de veces le hacemos casos a personas que no quieren que estemos cerca de jesus y no escuchamos a jesus porque le ponemos mas atención e interés a las cosas materiales. Yo los invito a que caminen con el porque el es el único que nos conduce hacia el camino verdadero el cual nos lleva a la vida eterna

¡CON JESUS HACEMOS DIFERENCIA!


¡JESUS CONDUCENOS AL CAMINO DEL BIEN!



¡SER SALESIANOS ES UNA BENDICIÓN!

elementos en mi diario vivir


ELEMENTOS O EXPERIENCIAS EN MI DIARIO VIVIR

Yo con lo que he investigado me he dado cuenta que Dios ha estado presente en mi vida mediante mis amigas ya que con ellas yo me he sentido acompañada en los momentos buenos y malos de mi vida, ademas ya que ellas tratan de ayudarme con los problemas y compartimos lindos momentos de nuestra vida juntas.


También yo he sentido que dios ha estado y esta en mi familia porque ellos me ayudan en las cosas que se me hacen difícil de realizar yo sola, ellos me han conducido por el camino de dios ya que ellos me llevan a la iglesia y me enseñan valores cristianos y  morales.



Otro lugar donde me he sentido que dios ha estado conmigo es en la escuela en la cual me han inculcado que dios nunca nos abandona y siempre nos protege, también he conocido mas sobre la virgen maría y sobre todo la vida de jesus.

En la escuela nos han inculcado que nunca debemos abandonar nuestra fe y nunca nos debemos de olvidar de dios ya que por el tenemos vida, salud, educacion y otras muchas cosas que el nos regala a diario.

testimonios de vida

                           TESTIMONIOS DE VIDA                                   


Las personas que son serviciales están continuamente atentas, observando y buscando la oportunidad para ayudar a alguien. Siempre aparecen de repente con una sonrisa y las manos por delante dispuestos a ayudar, en todo caso, recibir un favor hace nacer en nuestro interior un profundo agradecimiento.

Servir implica ayudar a alguien de una forma espontánea, es decir adoptar una actitud permanente de colaboración hacia los demás. Una persona servicial supone que traslada esta actitud a todos los ámbitos de su vida: en su trabajo, con su familia, ayudando a otras personas en la calle, cosas que aparecen como insignificantes, pero que van haciendo la vida más ligera y reconfortante. Es posible que recordemos la experiencia de algún desconocido que apareció justo cuando necesitábamos ayuda, que luego después de ayudarnos, se perdió y no supimos nada más.

TESTIMONIOS

  • Adilson Martini, brasileño. Adilson Martini (Sao Paulo, 1969) ha trabajado como ingeniero en Curitiba y Porto Alegre. Antes de estudiar Teología para ser sacerdote en el Opus Dei, colaboró en la construcción de un estadio de Fútbol, de varios túneles, de un circuito para carreras de coches, y de una refinería de petróleo, entre otras.        “Yo me encargaba de la calidad en la construcción. Debía asegurarme que todo se hacía correctamente, siguiendo los parámetros de seguridad y de eficacia previstos”. En su vida profesional, ya pertenecía al Opus Dei. “De San Jose maría aprendí a intentar tratar bien a los demás. Cuando diriges a un equipo de obreros y hay que corregir su trabajo, a veces no es fácil ser amable. Tienes que decirles lo que está mal y lo que tiene que mejorarse. Eso se puede decir a gritos o con paciencia y una sonrisa”.        Ahora, su vida toma un giro importante. “Soy sacerdote para servir a la Iglesia y a la Obra. Me encargaré de administrar sacramentos, de llevar la dirección espiritual de personas, de dar catequesis, etcétera. Tendré que acompañar a la gente a encontrarse con Dios. Por eso, me gusta imaginar que seguiré encargándome de la calidad en la construcción... de vidas felices”.


  • Amin Abboud, australiano.australiano. Amin John Abboud, australiano de 41 años, trabajó como médico en el Repatriaton General Hospital Concord (Sydney, Australia), tras licenciarse en la Sydney University. Como doctor, ha aprendido grandes lecciones de sus pacientes.
            “Recuerdo que un día dejé el coche aparcado junto al hospital. Al volver, vi que alguien había arrancado el parachoques y lo había dejado sobre el capó. Había una nota en el parabrisas que decía: ‘Ha sido una furgoneta, que se fue sin decir nada. Sus datos son... Puedo testificar si lo desea’ Y firmaba. La nota la había escrito la madre de un niño con Síndrome de Down que esa misma mañana había venido al hospital por una urgencia de su hijo. Aquello me hizo pensar que las personas que sufren la enfermedad de un paciente, son las que más pendientes están de los demás”.
            Amin ha atendido también a ancianos con alzheimer y a presos de una cárcel. “Mi primer deber era atenderles profesionalmente; y luego, si se presentaba la ocasión, les sugería que encontraran refugio en la fe”. La antropología cristiana ha sido fundamental en el trabajo de este médico, ahora sacerdote: “En la carrera nos explicaban, sin argumentos religiosos, cómo preparar a una persona ante la muerte y ante el dolor. Pero a mi aquello me parecía vacío, absurdo. La fe, en cambio, te permite abrirte a otra vida y dar sentido a la presente. Es una medicina de valor incalculable”.

            El sacerdote australiano tiene grandes esperanzas en el futuro de su país: “Australia es un lugar tranquilo, donde se ama la libertad y no hay prejuicios. Es, por lo tanto, un terreno abierto a la verdad de Dios, perfecto para difundir la fe. Estoy rezando para que la próxima Jornada Mundial de la Juventud sea un momento de renovación espiritual para muchos jóvenes”.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Vocaciones

                              VOCACIONES

    

                  Testimonios de vocación religiosa

  •  Vocación de Moisés

  Moisés pastoreaba el rebaño de Jetró, su suegro, sacerdote de Madián. Conduciendo el rebaño a través del desierto, llegó al Horeb, el monte de Dios.  Allí se le apareció el ángel del Señor como una llama de fuego, en medio de una zarza. Se fijó y quedó sorprendido al ver que la zarza ardía, pero no se consumía.  Entonces Moisés se dijo:

— Voy a acercarme para observar este extraño fenómeno, y ver por qué no se consume la zarza.Al ver el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:— ¡Moisés! ¡Moisés!— Aquí estoy, respondió Moisés. Dios le dijo:— No te acerques; quítate las sandalias, porque estás pisando un lugar sagrado. Y añadió:— Yo soy el Dios de tus antepasados, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob.Moisés, sintió miedo de mirar a Dios y se tapó la cara. El Señor continuó diciendo:— He visto la angustiosa situación de mi pueblo en Egipto, he escuchado los gritos de dolor que le causan sus opresores y conozco sus calamidades.  Ahora he decidido librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país para conducirlos a una tierra fértil y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, jeveos y jebuseos. El lamento de los israelitas ha llegado a mí, y he visto cómo los tiranizan los egipcios.  Ve, pues; yo te envío al faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas. Entonces Moisés preguntó a Dios:— ¿Quién soy yo para presentarme al faraón y sacar de Egipto a los israelitas? Dios le contestó:— Yo estaré contigo, y esta es la señal de que soy yo quien te envía: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, me adorarán en este monte. Moisés le respondió:— De acuerdo, me presentaré ante los israelitas y les diré: “El Dios de sus antepasados me envía a ustedes”; pero si ellos me preguntan cuál es su nombre, ¿qué les responderé? Dios dijo a Moisés:— Soy el que soy.Y añadió:— Esto responderás a los israelitas: “Yo soy” me envía a ustedes. Les dirás también: “Yahveh, el Dios de nuestros antepasados, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, me envía a ustedes. Este es mi nombre eterno: así me llamarán de generación en generación”. Reúne, pues, a los ancianos de Israel y diles: “El Señor, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me ha aparecido y me ha dicho: Los he visitado y he observado cómo los tratan los egipcios; así que he determinado acabar con sus penalidades y llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, jeveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel”.  Ellos te harán caso. Entonces, tú y los ancianos de Israel se presentarán al rey de Egipto, y le dirán: “El Señor, el Dios de los hebreos, ha salido a nuestro encuentro. Permítenos que nos adentremos durante tres días por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios”.  Yo sé que el rey de Egipto no los dejará marchar, a no ser por la fuerza.  Pero yo desplegaré mi poder y heriré a Egipto valiéndome de toda clase de prodigios, hasta que el faraón los deje marchar.  Además, haré que este pueblo se gane el favor de los egipcios, de modo que cuando salgan no lo hagan con las manos vacías,  sino que cada mujer pedirá a su vecina o a las dueñas de la casas donde se alojan, objetos que sean de plata y oro, y ropas para vestir a sus hijos e hijas. Así será como despojarán a los egipcios.

  • Vocación de Mateo

“Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió. Y aconteció que estando él sentado a la mesa de la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.  Id, pues, y aprender lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio… Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento”. 

  • Vocación de Abraham

Abraham es un hombre que vive en Mesopotamia. No conoce al Dios verdadero, el
Creador del cielo, de la tierra y de todas las cosas. Es un politeísta que adora a los varios
dioses de su patria. Pero Dios, el Dios único y verdadero, se le aparece y le habla de una
manera clara e inconfundible:
- Abraham, sal de tu tierra, de tu patria, de tu parentela, y dirígete hacia el país que
yo te indicaré.
Abraham se queda desconcertado.
- ¿Que me vaya a otra parte? ¿Hacia dónde? ¿Qué país me señalará? ¡Con las
dificultades que entraña el dejar aquí todas las cosas, hasta mis seres más queridos,
pues me dice que me aleje de todos mis familiares! ¿Qué querrá hacer de mí este
Dios?...
Dios entonces prosigue:
- Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y llegarás a ser
una verdadera bendición. Porque en ti y en tu descendencia serán bendecidas todas las
familias de la tierra.
Abraham no sale de su asombro. Pero, una cosa ve clara: que este Dios es diferente
de los otros dioses. Es un Dios verdadero. Un Dios viviente. Un Dios personal. No le
conocía hasta ahora, pero en adelante será su único Dios. Y Abraham no discute con el
Dios que se le presenta. Cierra los ojos, no tiene ninguna garantía, pero cree en esa
palabra tan solemne que se le da.
- Sara –le dice a su mujer–, tenemos que partir...
Se dirige ahora a su sobrino:
- Lot, ¿quieres venirte conmigo?...
Y les manda a todas las personas de su servidumbre:
- Muchachos, muchachas, hay que preparar todo lo que tenemos, porque debemos
marchar muy lejos.
Vienen días de preparación intensa, pues hay que llevar los enseres, los rebaños, todo
lo que puede trasladar un trashumante para instalarse en un país lejano. Y comienza la
marcha de toda la comitiva, con días y días de camino, hasta llegar a la tierra de Canaán.
Atrás quedan muchos recuerdos, lazos familiares, esperanzas perdidas... Pero ese Dios
misterioso llama, y Abraham, hombre de fe, no duda, aunque no vea de momento nada.
Llega hasta Siquem, donde oye de nuevo la voz de Dios:
- Mira, a tu descendencia le daré todo el país en que ahora estás.
El peregrino levanta allí un altar e invoca a su nuevo Dios. Pero, no se detiene. Sigue
la marcha hacia el Sur, atraviesa la Palestina, hasta plantar sus tiendas en las estepas de
Negueb...